Por David Somoza Mosquera
El ámbito laboral está experimentando profundos cambios, y eso se observa día a día desde que el coronavirus irrumpió. Por ello, es necesario que tanto empresas como trabajadores analicen las relaciones laborales en el marco del impacto económico y social ocasionado durante la pandemia y lo que vendrá en la etapa post emergencia sanitaria.
Es recomendable que las empresas actúen con equilibrio, de forma ponderada, en la toma de decisiones relativas al capital humano, uno de los activos más importantes. El futuro es retador: está signado por la incertidumbre económica y otros cambios que podrían llevar a transformar el propósito de las empresas e impulsarlas a diseñar nuevas estrategias.
De hecho, el mundo corporativo se prepara para hacer frente a las interrogantes, preocupaciones e incertidumbre, lo cual, como mencioné anteriormente, toca las relaciones laborales.
En este contexto, los expertos visualizan varias tendencias en el mundo del trabajo que podrían ser tomadas en cuenta por las empresas. Una de ellas es el trabajo en equipo como un factor que garantiza la prosperidad del negocio y sus colaboradores.
Esta tendencia ha sido reforzada por la emergencia sanitaria y se estima que en el retorno de la nueva realidad se refuerce aún más el sentido equilibrado que se busca en las compañías mediante la sincronización de los resultados económicos, los objetivos sociales y ambientales y, por supuesto, la posición en el mercado.
La carrera hacia la capacitación del personal en nuevas habilidades es otra tendencia. En esa ola se están montando muchas empresas destinando tiempo y recursos al aprendizaje y la capacitación como ventajas que afianzan la competitividad y la rentabilidad del negocio.
Otra tendencia es la transformación digital, que continuará evolucionando los procesos de las compañías para hacerlas más productivas y eficientes. En este caso las tecnologías se consolidan como aliadas que -además de fomentar la creatividad y autogestión- son herramientas que permiten generar entornos flexibles, inteligentes e hiperconectados.
Estas características de las tecnologías garantizan la cercanía, disponibilidad, optimización y eficiencia; elementos que se prevén como fundamentales en un entorno económico post pandemia.
Motivar la experiencia es otra de las tendencias y toca muy directamente el área del capital humano. En esta dirección, muchas compañías están siendo rediseñadas para centrarse más en las personas, pues esto da muy buenos resultados: un personal con experiencia tiene más capacidad de adaptación a situaciones como una pandemia y está más dispuesto a capacitarse en nuevas habilidades.
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